jueves, 23 de mayo de 2013

Tecnología industrial

¿A cuantos de nosotros nos gustaría trabajar desde la comodidad de nuestro hogar? Nada de largas horas en trancones, no te tienes que aguantar al jefe que esté encima de vos todo el día; mucho menos compañeros fastidiosos que hacen que el día parezca una eternidad.





 Por eso ahora en Colombia el “teletrabajo” está tomando cada vez más fuerza.  Esta modalidad laboral a distancia gana terreno entre profesionales independientes, sector público y empresas.
Dicha modalidad laboral hizo carrera en el mundo desde la década de los setenta, cuando el físico Jack Nilles, en plena crisis del petróleo, propuso una máxima que se convirtió en tendencia con el desarrollo de las telecomunicaciones e internet: "llevar el trabajo al trabajador y no el trabajador al trabajo".

En esta forma de ganarse la vida, optimizar recursos y alcanzar mayores niveles de productividad, llevan la delantera en el mundo los países escandinavos, nada más en Finlandia 17 por ciento de la fuerza laboral “teletrabaja”; también Estados Unidos tiene un alto crecimiento y ya se contabilizan más de 30 millones de personas que devengan bajo esa figura.

En América Latina los precursores son Uruguay, Argentina y más recientemente, Costa Rica y Brasil.

En Colombia el teletrabajo ha ganado espacio en la última década y la expedición de la Ley 1221 de 2008 lo reconoció como una modalidad laboral, regulada con el fin de convertirse en una opción de empleo y autoempleo para poblaciones vulnerables como madres cabezas de hogar, discapacitados, personas en reclusión, entre otros.

El año pasado en la  celebración del Día Internacional del Trabajo, el presidente Juan Manuel Santos firmó el decreto que reglamenta esta ley y hace precisiones sobre las relaciones de dependencia de los teletrabajadores con su empleador, para que se convierta en otra forma de generación de empleo, tanto en el sector público como en el privado.

"Hay avances importantes como reconocer los derechos laborales de quienes teletrabajan (seguridad social, prestaciones), se aplican disposiciones sobre la jornada laboral, pues hasta ahora muchos están precarizados y se presta para abusos como sobrecarga de trabajo por parte del empleador, además promueve el teletrabajo tanto en el sector público como privado", explica Andrés Felipe Sánchez Duque, abogado laboralista de la Escuela Nacional Sindical.
Claro que el Teletrabajo no es para todo el mundo; va más allá de la errónea idea de trabajar desde la casa en piyama y se debe reconocer cuáles son las cualidades que debe tener un empleado para laborar sin requerirse su presencia física en la empresa.  Se requiere disciplina y saber planear cómo cumplir con los objetivos encomendados, sin tener a un jefe encima.
Hay que tener mucha autorregulación en cuanto a las horas de dedicación al trabajo, no se puede convertir en otra forma de esclavitud laboral y no olvidar otros espacios familiares y sociales muy necesarios.


Para eso es importante que la gente comprenda que por estar uno en la casa no quiere decir que no está trabajando.
Ahora el reto mayor es para el Gobierno para que, teniendo unas reglas claras de juego en teletrabajo, gane más capacidad de inspección y vigilancia y se evite que esta opción laboral se convierta en otra forma explotación, al tiempo que se gane más formalización de los teletrabajadores actuales.

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